Descargar gratis libro Un unico Dios
Libro "El observador" de Alberto Canen
El Génesis ha sido un misterio por miles de años. No se había podido comprender de que hablaba el texto. Si era sólo un poema introductorio a las Sagradas Escrituras, o si realmente contenía información acerca de la Creación.
El texto del Génesis dividió la aguas de creacionistas y cientificistas
durante mucho tiempo hasta el día de hoy.
Con este libro espero que esta separación entre cientificistas y creacionistas
se diluya ya que he descubierto la clave que unifica ambos mundos.
Creo que la clave del misterio de Génesis es comprender que es narrado por alguien. Un narrador del Génesis. El que observa la visión que Dios le entrega y a partir de allí narra lo que observa y lo observa desde su ubicación humana y terrenal.
Esta ubicación terrenal y precisa es la llave para comprender el Génesis.
¿Siete días?
Y sí., quién no se ha preguntado lo mismo.
Muy bien., aunque se hablan de días, estos días son días de Dios, y siendo Dios
infinito sus días deben de ser en extremo largos, probablemente de millones de
años humanos. Hoy la ciencia calcula unos 4.600 millones de años la formación
del sistema solar y un millón de años la evolución de la especie humana, así que
bien podrían los siete días de Dios ser unos 4.600 millones de años.
Lo importante aquí es rescatar la idea de que Dios crea el cielo y la tierra, y
no el tiempo que le llevó. Pensemos que aunque hayan sido 4.600 millones de años
y que creó por lo menos un sistema solar en una semana, aunque sea la semana de
Dios, considero que continúa siendo una proeza verdaderamente impresionante. Es
muy difícil para la mente finita de un ser humano comprender lo infinito, hasta
-me atrevería a decir- imposible alcanzar a concebir lo infinito e
inconmensurable, justamente. "inconmensurable"....
¿Cuánto lleva nuestro sistema solar? ¿cuánto lleva nuestro planeta?
¿Por que puede dar miedo pensar que Dios no haya hecho nuestro mundo en seis mil
años?
A ver, los niños ¿nacen de un día para el otro o las mujeres deben estar
embarazadas nueve meses?, los árboles, ¿aparecen de un día para el otro o deben
crecer de una semilla?
Y la lluvia? el cielo tiene compuertas que dejan salir el agua ¿o hay un proceso
de evaporación y condensación?
¿Cuál es el problema de que Dios tenga mecanismo para las cosas? ¿no es mejor
así? ¿no nos da más tranquilidad?
¿Esta continuidad en los procesos no nos permite vivir más tranquilos?
Dios en su infinita misericordia nos ha dado un universo predecible. PREDECIBLE,
esa es la palabra clave.
Podemos dormir tranquilos que a la mañana el sol va a salir a la misma hora y de
la misma manera. Que el invierno va a ser invierno y el verano va a ser verano.
Que podemos crear nuestros propios mecanismos para hacer cosas porque sabemos
que Dios no nos va a cambiar las reglas. Por que las reglas son estables y
siempre las mismas.
Que existamos en un milagro. obviamente un milagro de Dios.
No podemos continuar pensando que nuestro planeta tiene diez mil años. Cualquier
resto arqueológico es más antiguo que eso.
Los fósiles son fósiles y tienen miles y millones de años. Ya no se puede negar.
¿y cual es el problema? ¿Si hay fósiles no hay Dios?, ¿que tiene que ver una
cosa con la otra?
Dios creó todo y lo creó con mecanismos, con leyes, y -creo yo- ha intervenido
todo el tiempo, -e interviene-, corrigiendo esto y aquello.
Nada queda totalmente libre a su destino. Dios todo lo ve y actúa todo el tiempo
modificando esto y aquello.
Justamente la ley del karma es eso: la intervención de Dios dependiendo de las
acciones de cada uno.
Libre albedrío pero con consecuencias. La visa es así todo tiene su
consecuencia, buena y mala.
No debemos temer que la ciencia desplace la fe.
La fe es la fe, y la ciencia simplemente explica los mecanismos de Dios -y
algunos-, falta mucho para que podamos explicar todo. Tal vez eso nunca ocurra.
Así que disfrutemos de los mecanismo y no nos asustemos ante ellos. Son sólo
mecanismos, maravillosos, pero mecanismos al fin.
Leamos la creación del Edén:
« (…) no había aún en la tierra arbusto alguno del campo, y ninguna hierba del campo había germinado todavía, pues Yahveh Dios no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre que labrara el suelo. Pero un manantial brotaba de la tierra, y regaba toda la superficie del suelo. Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente.
Luego plantó Yahveh Dios un jardín en Edén, al oriente, donde colocó al hombre que había formado.
Yahveh Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles deleitosos a la vista y buenos para comer, y en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal. De Edén salía un río que regaba el jardín, y desde allí se repartía en cuatro brazos. El uno se llama Pisón: es el que rodea todo el país de Javilá, donde hay oro.
El oro de aquel país es fino. Allí se encuentra el bedelio y el ónice.
«El segundo río se llama Guijón: es el que rodea el país de Kus. El tercer río se llama Tigris: es el que corre al oriente de Asur. Y el cuarto río es el Éufrates. Tomó, pues, Yahveh Dios al hombre y le dejó en al jardín de Edén, para que lo labrase y cuidase. Y Dios impuso al hombre este mandamiento: "De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio." Dijo luego Yahveh Dios: "No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada." Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera.
«El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda adecuada. Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne.
De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: "Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada." Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne. Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban uno del otro.» (Génesis 2:5-25)
Es claro, para mi, que este segundo relato de creación es sólo del Edén, la creación general, por así decirlo, ya estaba funcionando paralelamente y con anterioridad. El hombre al que da vida en este momento Dios es Adán, no la especie humana, los humanos ya caminaban por el planeta hacía tiempo.
También al crear a la mujer de su costado, no crea a todas las mujeres sino a Eva, la compañera de Adán en el Edén.
Sigamos adelante.
Adán y Eva son creados y Dios les entrega el Edén para que vivan. Allí, Él también pone el árbol del que no deben comer, lo que les advierte explícitamente, «Y Dios impuso al hombre este mandamiento:
"De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio".» (Génesis 2:16-17).
Ya conocemos la historia, la serpiente convence a Eva, quien come del fruto y se lo ofrece a Adán quien también come. Muy mal hecho, muy mal hecho, pero muy necesario para la historia, y ya veremos por qué. ¿Es que acaso Dios sabía que iban a comer, y lo dejó ahí, sin custodia, justamente para que comieran? Sí, yo creo que sí. Todo tiene su motivo, en la Biblia todo tiene su motivo. Ahora lo puedo ver y quiero compartirlo con ustedes.
¿Qué ocurrió al comer este fruto?
Al comerlo adquirieron conciencia, y se dieron cuenta, pudieron ver más allá: comprendieron que son los únicos que tuvieron esa posibilidad. Ningún otro ser que poblaba el planeta pudo hacerlo, así que ellos, y su descendencia, son los únicos que tienen la mente preparada para ver y entender. Esto es muy importante, tan importante que va a marcar una gran diferencia. Ya volveremos sobre este párrafo más adelante.
Por haber comido el fruto prohibido Dios echa a Adán y Eva del Edén y a partir de ese momento ellos deben hacerse cargo de sus vidas, deben trabajar y conseguir su propio sustento.
El relato de la Creación del Génesis de La Biblia siempre ha generado
conflictos entre creacionistas y cientificistas.
La discusión ha sido siempre la misma: ¿siete días?, dicen los cientificistas; y
si, no hay duda que no fueron siete días, al menos no siete días humanos.
También la contradicción con la ciencia en el que el relato dice que la luz se
creó antes que los astros; otro imposible.
¿Que es lo que falla?, ¿que es lo que no estamos viendo?
Al analizar con detenimiento el relato de la Creación del Génesis comprendí, que
lo que no se tomaba en cuenta era que el relato se realizaba desde un
observador, un observador privilegiado que había tenido el regalo de Dios de
presenciar -tal vez en una visión- a la Creación.
Al contar con la idea de un observador y ubicarlo sobre la superficie terrestre,
o lo que habría de ser la superficie terrestre en algún momento, todo concordó a
la perfección y las supuestas contradicciones desaparecieron.
El observador y su ubicación eran la clave para comprender el Génesis y La
Creación.
El observador narra desde su ubicación y desde allí el ve la sucesión de hechos.
Las ve desde su perspectiva.
Esto hace una enorme diferencia.
La idea general -aún sin darnos cuenta- es de que la narración de la Creación
la realiza alguien que ve lo que Dios hace desde el espacio en una ubicación
privilegiada.
Y al verla desde el espacio no entendemos como pudo ver la luz antes que los
astros, ya que eso no tendría sentido. Pero si el observador hubiese estado
parado sobre la superficie, o en el lugar donde la tierra se consolidaría mas
tarde él podría haber visto la luz y no haber visto el Sol. ¿Y por que no? ¿por
que no habría de ver el Sol?, porque el polvo remanente de la nebulosa
planetaria no se lo hubiese permitido. Entonces el vería que la luz aparecía por
primera vez mas no podría darse cuenta de su procedencia. Y los astros los vería
recién cuando el cielo estuviese lo suficientemente limpio, mucho tiempo
después.
De esta manera se comprende que, si contamos con un observador, el Génesis
guarda secretos maravillosos que sólo podemos descubrir en este tiempo que nos
toca vivir, con los descubrimientos científicos mas avanzados. Descubrimientos
que fueron realizados en los últimos veinte años como mucho.
Hasta ahora era imposible entender de que hablaba el relato de la Creación.
En mi libro "El observador" explico con detalle la línea de tiempo del relato de la Creación y la compara con el correlato científico actual, y el hecho de que combinen me sigue resultando sorprendente.
El hecho de que sea creación de Dios no implica que deba se mágica. Las
leyes de Newton son creación de Dios, y no son mágicas, son simplemente el
mecanismo de Dios de hacer algunas cosas, tales como las leyes de la física, las
de la genetica, o la matemática...
Dios crea las leyes de la física y Newton, por ejemplo, descubre algunas de
ellas y por ello llevan su nombre.
El hombre descubre la creación, descubre las leyes que la rigen, leyes creadas
por Dios para el funcionamiento de su creación.
Es como si un hombre de una tribu hubiese encontrado un procesador, una
computadora, y con el correr del tiempo fuera descubriendo como funciona y
porque funciona.
Al principio puede creer que sea solamente magia, pero, al avanzar, se da cuenta
de que es solo un artefacto creado por alguien.
Obviamente
Pero el haber sido creado por "alguien" no lo hace menos maravilloso.
Este universo creado por Dios tiene sus mecanismos, sus engranajes, mecanismos y
engranajes creados por Dios, mecanismo que hacen que funcione y que rigen su
funcionamiento. Leyes que hacen que lo que ocurre sea predecible y con reglas de
juego claras. Leyes que permiten la vida y la evolucion.
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