Descargar gratis libro Un unico Dios
Leamos la creación del Edén:
« (…) no había aún en la tierra arbusto alguno del campo, y ninguna hierba del campo había germinado todavía, pues Yahveh Dios no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre que labrara el suelo. Pero un manantial brotaba de la tierra, y regaba toda la superficie del suelo. Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente.
Luego plantó Yahveh Dios un jardín en Edén, al oriente, donde colocó al hombre que había formado.
Yahveh Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles deleitosos a la vista y buenos para comer, y en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal. De Edén salía un río que regaba el jardín, y desde allí se repartía en cuatro brazos. El uno se llama Pisón: es el que rodea todo el país de Javilá, donde hay oro.
El oro de aquel país es fino. Allí se encuentra el bedelio y el ónice.
«El segundo río se llama Guijón: es el que rodea el país de Kus. El tercer río se llama Tigris: es el que corre al oriente de Asur. Y el cuarto río es el Éufrates. Tomó, pues, Yahveh Dios al hombre y le dejó en al jardín de Edén, para que lo labrase y cuidase. Y Dios impuso al hombre este mandamiento: "De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio." Dijo luego Yahveh Dios: "No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada." Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera.
«El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda adecuada. Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne.
De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: "Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada." Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne. Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban uno del otro.» (Génesis 2:5-25)
Es claro, para mi, que este segundo relato de creación es sólo del Edén, la creación general, por así decirlo, ya estaba funcionando paralelamente y con anterioridad. El hombre al que da vida en este momento Dios es Adán, no la especie humana, los humanos ya caminaban por el planeta hacía tiempo.
También al crear a la mujer de su costado, no crea a todas las mujeres sino a Eva, la compañera de Adán en el Edén.
Sigamos adelante.
Adán y Eva son creados y Dios les entrega el Edén para que vivan. Allí, Él también pone el árbol del que no deben comer, lo que les advierte explícitamente, «Y Dios impuso al hombre este mandamiento:
"De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio".» (Génesis 2:16-17).
Ya conocemos la historia, la serpiente convence a Eva, quien come del fruto y se lo ofrece a Adán quien también come. Muy mal hecho, muy mal hecho, pero muy necesario para la historia, y ya veremos por qué. ¿Es que acaso Dios sabía que iban a comer, y lo dejó ahí, sin custodia, justamente para que comieran? Sí, yo creo que sí. Todo tiene su motivo, en la Biblia todo tiene su motivo. Ahora lo puedo ver y quiero compartirlo con ustedes.
¿Qué ocurrió al comer este fruto?
Al comerlo adquirieron conciencia, y se dieron cuenta, pudieron ver más allá: comprendieron que son los únicos que tuvieron esa posibilidad. Ningún otro ser que poblaba el planeta pudo hacerlo, así que ellos, y su descendencia, son los únicos que tienen la mente preparada para ver y entender. Esto es muy importante, tan importante que va a marcar una gran diferencia. Ya volveremos sobre este párrafo más adelante.
Por haber comido el fruto prohibido Dios echa a Adán y Eva del Edén y a partir de ese momento ellos deben hacerse cargo de sus vidas, deben trabajar y conseguir su propio sustento.
Libro "El observador" de Alberto Canen
El Génesis ha sido un misterio por miles de años. No se había podido comprender de que hablaba el texto. Si era sólo un poema introductorio a las Sagradas Escrituras, o si realmente contenía información acerca de la Creación.
El texto del Génesis dividió la aguas de creacionistas y cientificistas
durante mucho tiempo hasta el día de hoy.
Con este libro espero que esta separación entre cientificistas y creacionistas
se diluya ya que he descubierto la clave que unifica ambos mundos.
Creo que la clave del misterio de Génesis es comprender que es narrado por alguien. Un narrador del Génesis. El que observa la visión que Dios le entrega y a partir de allí narra lo que observa y lo observa desde su ubicación humana y terrenal.
Esta ubicación terrenal y precisa es la llave para comprender el Génesis.
Descarga el libro EL OBSERVADOR de Alberto Canen
La explicación del Génesis. El relato de la Creación de la Biblia comprendido tanto desde lo científico como desde lo espiritual.
El relato de la Creación del Génesis de La Biblia siempre ha generado
conflictos entre creacionistas y cientificistas.
La discusión ha sido siempre la misma: ¿siete días?, dicen los cientificistas; y
si, no hay duda que no fueron siete días, al menos no siete días humanos.
También la contradicción con la ciencia en el que el relato dice que la luz se
creó antes que los astros; otro imposible.
¿Que es lo que falla?, ¿que es lo que no estamos viendo?
Al analizar con detenimiento el relato de la Creación del Génesis comprendí, que
lo que no se tomaba en cuenta era que el relato se realizaba desde un
observador, un observador privilegiado que había tenido el regalo de Dios de
presenciar -tal vez en una visión- a la Creación.
Al contar con la idea de un observador y ubicarlo sobre la superficie terrestre,
o lo que habría de ser la superficie terrestre en algún momento, todo concordó a
la perfección y las supuestas contradicciones desaparecieron.
El observador y su ubicación eran la clave para comprender el Génesis y La
Creación.
El observador narra desde su ubicación y desde allí el ve la sucesión de hechos.
Las ve desde su perspectiva.
Esto hace una enorme diferencia.
La idea general -aún sin darnos cuenta- es de que la narración de la Creación
la realiza alguien que ve lo que Dios hace desde el espacio en una ubicación
privilegiada.
Y al verla desde el espacio no entendemos como pudo ver la luz antes que los
astros, ya que eso no tendría sentido. Pero si el observador hubiese estado
parado sobre la superficie, o en el lugar donde la tierra se consolidaría mas
tarde él podría haber visto la luz y no haber visto el Sol. ¿Y por que no? ¿por
que no habría de ver el Sol?, porque el polvo remanente de la nebulosa
planetaria no se lo hubiese permitido. Entonces el vería que la luz aparecía por
primera vez mas no podría darse cuenta de su procedencia. Y los astros los vería
recién cuando el cielo estuviese lo suficientemente limpio, mucho tiempo
después.
De esta manera se comprende que, si contamos con un observador, el Génesis
guarda secretos maravillosos que sólo podemos descubrir en este tiempo que nos
toca vivir, con los descubrimientos científicos mas avanzados. Descubrimientos
que fueron realizados en los últimos veinte años como mucho.
Hasta ahora era imposible entender de que hablaba el relato de la Creación.
En mi libro "El observador" explico con detalle la línea de tiempo del relato de la Creación y la compara con el correlato científico actual, y el hecho de que combinen me sigue resultando sorprendente.
Adquiera su libro impreso en:
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El alma es la chispa divina, la esencia divina que contiene nuestra identidad
individual. pero la verdadera identidad permanente, no la que tenemos
momentáneamente en la vida que nos toca vivir, sino la que somos siempre, vida
tras vida.
En cada vida adquirimos un yo, ese yo que es algo así como un papel en una obra
de teatro, pero es yo provisorio, que sólo sirve para esa vida en particular
pero que no es nuestra verdadera identidad, la verdadera identidad es la que
reside en nuestra alma, que es la que nos lleva de un cuerpo al siguiente a
través de la rueda del Samsara, la rueda de reencarnaciones.
Esa alma es la que debemos proteger ya que es eterna e indestructible. El alma
no puede ser matada, no se moja, no se rompe.
Dice el Bhagavad Gita del hinduismo:
"Los videntes de la verdad han concluido que, de lo no existente [el cuerpo
material] no hay permanencia, y de lo eterno [el alma] no hay cambio. Esto lo
han concluido del estudio de la naturaleza de ambos...
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